Relatos, Ciudades, Arquitectura

Ricardo Blinder , Vera Blitstein

jueves, 13 de julio de 2017  |   

Leemos todo el tiempo inconscientemente. Las señales de tránsito, la info de las cajas de medicamentos, la de los alimentos, la factura de la luz, las vallas publicitarias. Conscientemente, leemos una novela, el diario, el muro de facebook, blogs, los resultados de una búsqueda en google, algún tuit.
LEER, una vieja palabra que nombra un acto que está cambiando, al mismo tiempo que se ponen nerviosos los editores, libreros, bibliotecarios. Un acto que ya permite “leer” imágenes, mapas, diccionarios, fotos, videos, música, enlaces… una lectura multimodal mucho más compleja.

Las ciudades se conforman por estratos que se van superponiendo en un mismo espacio y en distinto tiempo, apilados unos sobre otros; y dicha superposición no es uniforme: las cosas (entre ellas las arquitecturas) flotan sin orden aparente, aparecen, desaparecen, se pierden, se encuentran de golpe inesperadamente al doblar una esquina, generando intersecciones. Hacer una lectura de esas ciudades forjadas por la historia, una lectura de sus estratos, es un trabajo para Arquitectos y Urbanistas; pero ¿cuántas maneras hay de hacerlo?

Foto: © Flavia Cerrón. El cielo es el límite.
Foto: © Flavia Cerrón. El cielo es el límite.

En Ciudades Invisibles, de Ítalo Calvino, se encuentran la levedad, la rapidez, la exactitud, la visibilidad, la multiplicidad, la consistencia, todos temas que pueden contener tanto un relato como una obra o un proyecto. Escrito, proyectado o construido, las lecturas que cada profesional hace del espacio y la ciudad es única e irrepetible, tanto en el resultado como en el medio que utiliza para hacerlo.

Las lecturas que cada profesional hace del espacio y la ciudad es única e irrepetible, tanto en el resultado como en el medio que utiliza para hacerlo.

En nuestras Convocatorias y Concursos, buscamos que emerja esa variedad, esa multiplicidad que nos caracteriza como arquitectos y urbanistas: que surjan aquellos mismos temas que encontramos en Calvino, porque nunca serán los mismos resultados: cada obra construida hace una lectura de la ciudad y la arquitectura diferente; cada proyecto urbano lee su contexto y la sociedad en la que se inserta; en fin, cada idea se alimenta y se potencia en la lectura múltiple e interdisciplinar de su eternamente cambiante entorno.

Mirar, palpar, escuchar, degustar, oler: los cinco sentidos nos tienden una mano en el camino que, como profesionales, recorremos todos los días a la hora de crear. El sexto sentido, la intuición, nos ayuda a operar en cada lectura que hacemos de nuestro entorno, ya sea a través de relatos, de obras o de proyectos. Ampliar todos los sentidos y combinarlos nos ayudan finalmente a buscar aquello que tiene sentido.