Economía

Carlos Bruno Klees

miércoles, 15 de marzo de 2017  |   

Tuve una mediocre preparación universitaria, pero una muy buena formación en el estudio de Antonini. Luego fui docente en la experiencia del Tanapo (Taller Nacional y Popular) y, en el 76, viajo a Brasil. Allí fui coordinador del estudio Rino Levi y luego director de una consultora de ingeniería. En paralelo, realicé estudios informales de economía y comercio exterior. Así es como en 1984, cuando vuelvo a Buenos Aires, soy nombrado asesor en temas de Integración Regional en la Cancillería, participando en la negociación de los acuerdos con Brasil que dan origen al Mercosur. En 1986 soy designado Subsecretario de Integración y en 1988 Secretario de Relaciones Económicas Internacionales, cargos con enorme cantidad de contactos empresarios y profesionales. Al final del Gobierno, inicio una etapa de consultoría especializada en programas de inversión y estrategias de exportación. También constituyo la Fundación Cenit, un think tank de estudios sobre la economía real. En el 2004 soy nombrado director de YPF.

La arquitectura y la economía parecen mundos muy distantes. Sin embargo creo que hay un vínculo interesante. La arquitectura nos obliga a pensar en términos muy complejos, los espacios, las necesidades del programa, los componentes, los costos, los tiempos de ejecución. Esta necesidad de combinar distintas variables es también una herramienta básica de la economía. El volumen de inversión, la tasa de retorno, los plazos, los riesgos asociados son variables diferentes pero, en el fondo, lo importante es cómo se combinan.

No consigo imaginar esta variada experiencia sin la impronta inicial de la arquitectura. 

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