Nodos de integración ribereña

Ezequiel F. Martínez

viernes, 22 de diciembre de 2017  |   

Estrategia y formulación de articuladores ambientales de la Ciudad de Buenos Aires.


Las acciones del hombre sobre los territorios que decide habitar transforman dicho espacio al designio del paradigma productivo, social y cultural propio de ése hombre, en ésa comunidad y en ése tiempo.

En los ámbitos ribereños y costeros la disponibilidad y manejo de recursos técnicos para el desarrollo y evolución del hombre en sociedad exigen articular las dinámicas naturales propias del lugar con las derivadas de las actividades urbanas y rurales.
Dicha articulación requiere el concurso de diversas miradas y saberes que, en un mismo momento, enriquezcan y complejicen tanto la identificación de causas, la caracterización de propuestas, así como la realización de eventuales proyectos.

Existe una frase arraigada hace tiempo en el imaginario popular, quizá algo recurrente pero de razonabilidad evidente, que nos susurra: “Buenos Aires le da la espalda al río”, sólo ocho palabras que incomodan desde la fuerza de una aparente contradicción inicial no superada.

La realidad actual de la ribera de la ciudad confirma en parte el sentido de la frase, más aún la debilitada cultura ribereña de su población que fue modificando hábitos conforme acontecía la gradual reducción de los espacios ribereños.
En efecto, dicha frase continúa interpelándonos con el soporte testimonial de su historia intermitente, allí colisionan la dimensión de los deseos y anhelos con las dificultades del colectivo social en materializarlos y desde allí mismo surge preguntarnos: ¿qué factores modificaron el vínculo ribereño de Buenos Aires? así como también: ¿es posible evolucionar hacia la consolidación de una nueva matriz ribereña actual?

Tras los últimos 500 años de evolución, tanto del hombre como del espacio físico por él ocupado, la fisonomía del territorio sobre el que se asienta la hoy Ciudad de Buenos Aires aún nos tiene reservadas claves tangibles e intangibles para la comprensión de los procesos que incidieron en la configuración y materialización de la ribera actual.
En gran medida, el resto de la historia general es aparentemente conocida, sin embargo los condicionantes físicos y culturales que comenzaron a colisionar y acomodarse en aquella lejana Buenos Aires continúan transformando el espacio, las costumbres y los mitos que, llegados hasta hoy, configuran nuestra característica polisémica.

Aquel choque de civilizaciones tras el desembarco de 1492 generó un proceso de fricción del que prevaleció la europea; la fisonomía del territorio también forma parte de una fricción, la que tensiona dos fuerzas determinantes: el entorno natural y las culturas en pugna.

De un modo invariable, el pasado, presente y futuro de la ciudad depende de su vínculo con el sistema de cuencas que constituye su paisaje ribereño, tanto de sus frentes fluviales como de sus ríos interiores. Son las posibilidades de un nuevo paradigma basado en consolidar acciones virtuosas sobre el paisaje y el ambiente las que multiplicarán los beneficios ecológicos, culturales, turísticos y productivos. 

Si bien los procesos de transformación urbana demandan tiempo de desarrollo, tanto desde su definición de demanda como la realización de los proyectos y obras, es posible definir espacios que poseen huellas de recorridos anteriores, evidencias de  corredores ribereños que, desde la figura de nodo estratégico, pueden constituir “células transformadoras” de la relación de cada barrio con la ribera cercana. 

Llamaremos nodo estratégico a aquella unidad territorial identificada como un potencial “corredor característico” que atraviesa en forma transversal sectores de la ciudad en dirección al frente fluvial con una longitud aproximada de 1 a 2 kilómetros. Conforma un “capital urbano” que aporta una nueva dimensión de “turismo barrial” constituido por los valores, dinámicas, historias y diversidad cultural que afirman características de identidad local, en muchos casos consolidada y en otras a consolidar. 

Está estructurado en cuatro componentes:

  1. Movilidad / Accesibilidad
  2. Uso predominantes / Usos complementarios
  3. Hitos locales / Hitos Ciudadanos
  4. Espacio escénico ribereño

Su identificación permite alentar una nueva dimensión urbana que une zonas interiores con costeras a través de la conformación de corredores que revalorizan el patrimonio tangible e intangible de la ciudad uniendo signos, símbolos e hitos mediante la red vehicular y peatonal existente que debe ser reconfigurada.

Sobre ambos territorios fluviales (Río de la Plata – Riachuelo) se han identificado 12 nodos, 6 en cada frente fluvial:

Nodos estratégicos Río de la Plata:

  1. Costanera Sur / Usina 
  2. Retiro / Dársena Norte
  3. Recoleta / Dársena F
  4. Calle La Pampa / Parque Extremo
  5. Calle Udaondo / Reserva Ecológica Costanera Norte
  6. Museos ESMA – MALVINAS / Parque de los Niños

Nodos estratégicos Riachuelo:

  1. Dársena Sur / Dársena de Inflamables
  2. Centro Metropolitano de Diseño / Puente Bosch
  3. Barrio Villa Zavaleta / Curva de Brian
  4. Puente Sáenz / Av. Remedios de Escalada
  5. Villa Olímpica / Parques – Lagos
  6. Puente La Noria / Parque Ribera Sur

 

Múltiples factores tangibles e intangibles constituyeron las causas que determinaron la relación ribereña actual, conocerlos y comprender los procesos que los definieron permite identificar aspectos favorables y desfavorables y dirigirlos hacia su redefinición cultural y física.

Sobre las preguntas iniciales relativas a la modificación del vínculo y la evolución hacia una nueva matriz, es necesario afirmar que la Ciudad y su frente fluvial son dinámicos y por ello su modificación y evolución desde una nueva perspectiva son posibles. Percibir y observar el paisaje ribereño es un acto múltiple que se ejerce tanto desde espacios públicos colectivos como desde espacios privados individuales, hacer foco en el “punto de vista” habilita comprender la diversidad de secuencias de condicionamiento del observador y la consecuente entidad imaginaria de paisaje resultante. 

Se propone dar forma a un nuevo espíritu de época que movilice el deseo como primer estímulo y promueva la desmitificación como metodología que permita superar aquellas barreras del imaginario colectivo producto de idearios de otros tiempos. 

Los nodos estratégicos constituyen la propuesta y perspectiva eficaz para la evolución ribereña, ya que despliegan la apertura de múltiples posibilidades que rehabilitan diversos barrios ribereños de la ciudad a través de acciones de baja complejidad a corto plazo, hacer turismo en la ciudad con características de identidad barrial diversa es una oferta inusitada y valiosa.

En efecto, incorporar una nueva dimensión de disfrute a través de la reapropiación del paisaje ribereño promueve disponer de accesibilidad y gratuidad a espacios costeros y ribereños incrementando la calidad de vida tanto de los habitantes de la Ciudad como sus visitantes.

El aporte de la investigación es la generación de una nueva manera de abordar y fortalecer la gestión del territorio ribereño, los nodos estratégicos son instrumentos de transformación del pensamiento y el espacio a partir del redescubrimiento del paisaje, la identidad y el compromiso ciudadano-ribereño.  


El presente texto es una síntesis adaptada de la investigación realizada durante los años 2016 y 2017 desde el Instituto de Ciencias Sociales y Disciplinas Proyectuales / INSOD - UNIVERSIDAD ARGENTINA DE LA EMPRESA / UADE. 
Investigador: Ezequiel Flavio Martínez. Equipo: Leonardo Echenique / Lis Rociel López Hernández / Eliana Fernández