Una muestra | Diseño en acción: intersecciones contemporáneas
Martín Huberman
Mi primer objetivo como curador de la sección Urbanismo en la muestra Diseño en Acción de la Fundación PROA fue exhibir a las disciplinas del diseño desde una nueva perspectiva. Salirse del reflejo sobre sí mismas al que nos tienen acostumbrados las exhibiciones sobre las obras de tal o cual profesional, y poner el pensamiento crítico al servicio de una agenda urbana. Entonces la muestra buscaba jugar un doble rol e interpelar hacia adentro y hacia afuera de la disciplina al mismo tiempo. Primero mostrando que podemos usar nuestras herramientas con objetivos más abarcativos que en la simple generación de una obra propia, para luego poder aprovechar el ejercicio de nuestra profesión para construir nuevos puentes hacia nuevas audiencias.
La disciplina pensada a partir de una agenda, puede y debe tocar todos los temas. Es por eso que Hacia una Agenda se sirve de tres leyes de gran influencia en nuestra vida cotidiana para exhibir a la profesión como un campo de acción. La Ley de Basura Cero que abre la muestra, es ensayada a partir de la generación de una nueva estética de nuestra principal producción doméstica, la basura. Lejos de equipararse a cero, la basura fue, es y será por un tiempo, parte de nuestra cotidianeidad, ocultarla en falsas nomenclaturas legislativas o bien desentendernos de su tratamiento y gestión son algunos de los problemas exhibidos por las obras de Hueso, Unrrein, Schapochnik y el estudio Números Primos.
Algo parecido pasa con la nueva Ley de Generación Distribuida, que permite por primera vez la generación doméstica de electricidad y su inserción en la red eléctrica general. Umbral Electrónico, la obra de CCPM, ensaya en la construcción de escenarios complejos que pueden desarrollarse en un futuro a partir de una ley que parece camuflar conflictos en el positivismo de lo sustentable. La disciplina debe entonces, como parte de su agenda, ser un articulador de realidades proyectuales, poder prevenirlas, traducirlas y ponerlas en discusión, para que todos aquellos que no tienen las herramientas para interpretar un código o una ley puedan al menos comenzar a entender los pormenores de las mismas. La vuelta a la sala concluye con la nueva Ley de Edificación "Santa Patrona" de nuestras arquitecturas futuras y de una ciudad que parece pensarse desde lo mínimo y no desde lo necesario. La Nueva Unidad Mínima del estudio FRAM construye por primera vez en la ciudad una traducción literal del manual de diseño con el que el código plantea el nuevo monoambiente, en el que indudablemente parte del cotidiano va a quedar afuera.
En correlato Ambiente Único diseñado por los estudios CAZA+MAPA ensaya el tradicional ejercicio profesional de proyectar un programa elaborado con distópico optimismo por los medios de comunicación, que refieren, entre otras cosas, a esta nueva unidad mínima como un espacio ideal para ver netflix y pedir delivery. La precarización de la vida social hecha monoambiente. Investigar, denunciar, criticar, alzar la voz, tienen que ser partes fundamentales de nuestra agenda profesional, hasta tanto no estén presentes, nuestra voz disciplinar no formará parte de la discusión cultural de nuestra ciudades. De no hacerlo, una vez más, la ciudad nos recordará en su cicatrices construidas en espacios de aire y luz, como fielmente demuestra el foto documental de Javier Agustín Rojas, como un código arbitrario y mal planteado ha intentado doblegar nuestra domesticidad, que al reconocerse esquiva y hace de las medianeras un organismo de lucha al transformarlas en fachadas que fueron diseñadas de adentro para afuera.