Hablemos de Arquitectura
CPAU
A fines del año pasado, la comisión de Arquitectura llevó adelante dos encuentros, con una selección de seis trabajos de los veinte que habían sido distinguidos en la convocatoria organizada por el CPAU y la SCA.
Tomando como punto de partida la Convocatoria de Arquitectura Argentina Solidaria, a fines de 2020 realizamos dos encuentros virtuales para difundir una selección de trabajos en el marco del ciclo Hablemos de Arquitectura. De los veinte proyectos que resultaron distinguidos, nuestra comisión de Arquitectura decidió presentar seis de ellos.
La primera fecha fue el miércoles 18 de noviembre y durante más de una hora compartieron los proyectos y la charla amena tres representantes de los proyectos distinguidos: Flora Manteola, presidenta de la comisión de Arquitectura, Adriana Dwek, consejera, y Augusto Penedo, expresidente del CPAU.
Evento virtual: Hablemos de Arquitectura »
La apertura estuvo a cargo de Dwek, también integrante de la comisión de Arquitectura, quien recordó que durante los meses de aislamiento continuaron trabajando en formato virtual, promoviendo el debate sobre hábitat, agua, salud y transporte.
«La arquitectura solidaria está destinada a resolver problemas apremiantes de la sociedad. Es una arquitectura hecha a partir de la generosidad de los profesionales», señaló Manteola. «Cuando vimos los trabajos seleccionados por el jurado, nos quedamos con ganas de más. Por eso, nada es mejor que el relato directo de los autores», agregó.
Penedo, por su parte, fue presentando los proyectos y a sus representantes, recordando en cada caso cuál fue la valoración del jurado.
En primer lugar, Guadalupe Miño habló en nombre del equipo que formó con María Dolores Lozano y María Valentina Bilbao. Entre las tres desarrollaron un proyecto de Escuela Flotante en Alto Delta de Victoria, Entre Ríos.
Esta tesis de graduación de la Carrera de Arquitectura de la Universidad Nacional del Litoral es un trabajo para el humedal del Alto Delta, investigando el contexto geográfico, hidrográfico, educativo y socioeconómico. «Hicimos un trabajo de campo para relevar las condiciones actuales de cada una de las escuelas de la región. Lo más enriquecedor de esas visitas fue tener la mirada del usuario», sostuvo Miño.
Luego fue el momento de escuchar a Luis Díaz, quien junto a Teresa Chiurazzi creó el Anfiteatro Dr. René Favaloro en el Bosque de La Plata, Provincia de Buenos Aires.
Díaz, interesado en los proyectos comunitarios, se reconoció como hincha militante del club Gimnasia y Esgrima de La Plata y puso el proyecto del Anfiteatro en el contexto de la remodelación de las tribunas de su club.
Con el movimiento de tierra excedente de transformación de las plateas cabeceras de la cancha y los bloques premoldeados de hormigón que se retiraban de las tribunas, se creó un espacio excéntrico en medio del bosque para el uso público de estudiantes, hinchas y vecinos.
«La gente, ni bien lo armamos, apareció y lo hizo suyo. Es una plaza verde en la que sembramos semillas del campo de juego. El Dr. René Favaloro nació en el barrio del Mondongo, que está atrás del estadio. Y nos dejó una herencia ética», aseguró Díaz.
Penedo remarcó la pluralidad del espacio virtual en términos futbolísticos, mostrando en pantalla su camiseta del Estudiantes de La Plata, el clásico rival. La valoración del jurado dice: «Forma, tecnología, contexto, naturaleza, función, costos, sencillez de operación y mantenimiento interactúan sin estridencias en un ajustado equilibrio. Un auténtico homenaje al Dr. Favaloro, no sólo por el nombre del espacio, sino porque sus cualidades sencillas se integran genuinamente con las del homenajeado».
Por último, se presentó el proyecto del Centro Comunitario Banquito Solidario en Pérez, Santa Fe. Como parte del equipo de autoras, Maite Fernández expuso el contexto histórico del proyecto como parte del voluntariado en un banco de microcréditos para mujeres emprendedoras, junto a las arquitectas rosarinas Andrea Calderini y Cecilia Cassiello.
Se trata de un edificio de planta libre sobre un lote cedido por el Consejo Municipal de la Ciudad de Pérez. «Cuando fuimos al terreno encontramos unas estructuras de metal abandonadas por un circo. Y las aprovechamos para la construcción del techo. Haber obtenido esta distinción nos renovó el entusiasmo para seguir gestionando subsidios y comenzar la construcción», recordó Fernández.
Aunque no hubo preguntas desde el público que participaba de la transmisión, sí fueron llegando muchas felicitaciones para los proyectos ganadores y para la iniciativa de la convocatoria solidaria. Por eso, en el cierre, Manteola soñó con una bolsa de proyectos solidarios «a donde puedan llegar los pedidos o demandas de determinados segmentos de la sociedad. Desde esos lugares donde no suele haber arquitectos».
Segunda jornada
El otro encuentro virtual transcurrió el 15 de diciembre. Un segundo conjunto de trabajos distinguidos en la Convocatoria de Arquitectura Argentina Solidaria fue presentado por Dwek. Ella también tuvo a cargo esta vez la lectura de las valoraciones del jurado.
«Quiero retomar una idea que quedó del encuentro anterior. Estos son trabajos hechos desde la generosidad. Son los arquitectos los que son solidarios, no la arquitectura en sí», expresó Manteola en cuanto Dwek le cedió la palabra.
Roberto Frangella, quien se sumó al encuentro en esta ocasión, recordó que la convocatoria fue planteada al principio de la pandemia: una pandemia que desnudó las enormes diferencias sociales existentes. «Nos interesa todo lo que contribuya a salvar ese abismo, con la creatividad y la solvencia que son herramientas de nuestra profesión. Tenemos la esperanza de que esta especie de siembra dé frutos en mucha gente de nuestra matrícula», expresó.
El primer diseño distinguido aquella tarde fue el Proyecto Suelo Firme de la Fundación Vivienda Digna, para el que María Celeste Fisch y un equipo de trabajo vienen desarrollando un barrio de noventa y siete viviendas desde 2008. «Las familias participan de la construcción desde el inicio; hasta la plaza del barrio se hizo en conjunto entre las familias y los paisajistas», mencionó Fisch.
Luego llegó la presentación de Vialab, el Laboratorio de la Vivienda Industrializada Argentina, de la UNSAM. Roberto Busnelli detalló todo el conjunto de desarrollos de materiales, diseños y prácticas constructivas que convergen en el prototipo de construcción panelizada sobre el que se encuentran trabajando.
Residuos sólidos industriales y agropecuarios, ensayos de temperatura y diseños de viviendas individuales y apareadas; «todo hace que el territorio del municipio de San Martín entre en el campus de la universidad», sostuvo Busnelli.
La convocatoria de proyectos fue de carácter federal; prueba de esto fue la participación desde Neuquén de los Módulos de Emergencia Comunitaria de los arquitectos Alejandro Borrachia y Guillermo Badano.
En el encierro obligatorio del mes de abril de 2020, y viendo las noticias sobre la emergencia sanitaria, Badano y Borrachia pensaron el módulo como una alternativa a las construcciones sanitarias temporales y masivas desarrolladas por distintos municipios a lo largo del país. «Partiendo de lecturas sobre el problema de cómo el ambiente enferma más a los enfermos, creamos un sistema de módulos que pudiera albergar pacientes en contacto con la naturaleza, que diera posibilidades de estar al sol y tuviera ventilación cruzada, con un sistema muy eficiente y muy económico», detalló Borrachia.
Finalizadas las presentaciones, llegó el momento de los intercambios y todos los participantes se quedaron con ganas de seguir conociendo más detalles sobre los proyectos. Y de seguir hablando sobre arquitectura. «Porque acá hablamos de Arquitectura», culminó Dwek.