La accesibilidad de ciclistas y peatones a Ciudad Universitaria

Daniel Kozak

viernes, 11 de mayo de 2018  |   

Existe un amplio consenso sobre los efectos negativos de los sistemas de movilidad dominados por la infraestructura vial que prioriza el auto particular. Ello implica que uno de los mayores retos para las ciudades en la actualidad consiste en adaptar sus estructuras urbanas, infraestructuras y espacios públicos “automóvil-céntricos” construidos en el siglo XX, con el fin de lograr un mayor uso del transporte público, y facilitar y alentar los desplazamientos en bicicleta y a pie.

Las ciudades universitarias en América Latina, en general, fueron creadas a partir de un mismo cuerpo de ideas: son fruto de la conjunción de un ideal arquitectónico-urbanístico modernista y los programas de grandes obras del desarrollismo latinoamericano. Por otra parte, así como devienen de un origen más o menos similar, en el presente también comparten una serie de problemas afines, que generalmente son el resultado de sus débiles vínculos con las ciudades que las albergan. Aquello que originalmente fue pensado como un aspecto virtuoso –su alto grado de autonomía que las resguardaría de la ciudad exterior–, hoy constituye un gran desafío para adaptarlas a las metas del urbanismo contemporáneo, principalmente en cuanto a la promoción de la movilidad sustentable.

Foto: © Alejandro Montini. Nocturno de cabras con peatonesLa ciudad universitaria de la UBA[1] (CU) ocupa un lugar privilegiado y estratégico de la ciudad. Y es uno de los ejemplos más paradigmáticos del patrón de aislamiento y desconexión de la costa de Buenos Aires. Por la franja etaria y las características de su población, por el potencial paisajístico de su borde frente al río y la cercanía con algunos de los mejores circuitos de ciclovías de Buenos Aires, podría ser uno de los principales generadores de viajes en modos no-motorizados de la ciudad. Sin embargo, quienes van habitualmente a CU en bicicleta, o quienes alguna vez lo intentaron y desistieron, saben que ésta es –por lejos– la opción menos usual. Los conocidos problemas de accesibilidad de CU, son notablemente más agudos y graves para ciclistas y peatones[2].

El único acceso para modos no-motorizados en el sur del predio –desde donde llega la mayoría de estudiantes, docentes y demás trabajadores[3] – resulta insuficiente e inadecuado desde todo punto de vista: es inseguro e inhóspito, y está alejado de los pabellones II y III, en donde se concentra la mayor parte de la población de CU. Se trata del puente Scalabrini Ortiz[4], emplazado sobre donde hasta hace poco funcionaba la estación homónima del ferrocarril Belgrano Norte, recientemente clausurada y reemplazada por la nueva estación Ciudad Universitaria, ubicada entre el predio del Club Atlético River Plate y el Pabellón III de CU, aproximadamente a 1km de su antigua localización.

Si bien la nueva estación mejoró notablemente la llegada de transporte público, se ha perdido una preciada oportunidad para fortalecer el vínculo con la ciudad. La nueva estación conforma un puente sobre las vías del tren y Cantilo, y  –absurdamente– no cruza Lugones. Si lo hiciera, podría conectarse con la continuación de la calle Saenz Valiente –cedida por el GCBA a River–, y así con la ciclovía de Figueroa Alcorta. Este sería un primer paso para acercar CU a la ciudad y transformarla en uno de los lugares más atractivos e interesantes que podría tener Buenos Aires, a partir de sumar nuevos usos (residenciales, comerciales, culturales, recreativos), más allá de su actual monofuncionalidad, y la evidente subutilización de su ubicación favorecida. 


[1] Para una historia de CU y la configuración de sus bordes, ver: Jaimes, P. La Ciudad Universitaria de la Universidad de Buenos Aires, 1958-2009, mimeo, 2009; y Kozak, D. y Ortiz, F. “Llegar a Ciudad Universitaria en bicicleta [o caminando]”. Café de las ciudades. Revista digital, Diciembre, 2015, Vol. 153.
[2] Ver Kozak, D. y Ortiz, F. “El acceso peatonal y ciclista a la Ciudad Universitaria de Buenos Aires”. Monográfico de la Revista de la Facultad de Arquitectura. Passages, espacios de transición para la ciudad del siglo XXI. Montevideo: Universidad de la República, 2015, pp. 110-119.
[3] La población de CU incluye, aproximadamente, 45.000 alumnos, 1.000 docentes y 800 trabajadores no docentes.
[4] Este puente fue el tema central del Concurso Nacional de Ideas y Taller para estudiantes de arquitectura, “Un pasaje una ciudad. Propuestas para superar límites a la movilidad saludable entre la costa, la Ciudad Universitaria y la ciudad a la altura de la estación Scalabrini Ortiz”, organizado en 2014 por el Instituto de la Ciudad en Movimiento (IVM) y la Sociedad Central de Arquitectos (SCA), en 2014.