Modificaciones imprescindibles
Néstor Magariños
El Código de Edificación de la ciudad de Buenos Aires es tan obsoleto como inabarcable, por lo que me concentraré en algunos aspectos que creo es imprescindible modificar:
- Responsabilidades profesionales
Es uno de los aspectos más preocupantes del código vigente. Los profesionales acumulamos responsabilidades más allá de nuestra capacidad de ejercer control sobre la realidad de las obras.
Hoy normalmente, a efectos de iniciar un trámite de obra, nos vemos obligados a firmar como proyectistas (lo que es lógico), como constructores, como instaladores, como calculistas, como ejecutores estructurales (todo lo cual no es lógico).
Así es común que en los comienzos de obra, si no en la obra entera, figuramos con responsabilidades que en la práctica ejercen otros, muchas veces sin título habilitante.
Hay que estar muy atentos para que el farrago administrativo que implican los cambios de profesional no se desfase en el tiempo y nos encuentre sin haber traspasado las responsabilidades a los verdaderos responsables.
Será prudente incorporar las responsabilidades del técnico en Seguridad e Higiene que en la práctica organiza el día a día de los equipamientos y las rutinas que deben garantizar la seguridad de la obra, del personal y de terceros que pudieran afectarse.
Además el nuevo código debería aclarar roles y responsabilidades de manera certera. Cuáles son las responsabilidades del Director de Obra, cuáles las de constructores y ejecutores, cuáles las del profesional de Seguridad e Higiene. Hoy, cuando los problemas trascienden la obra y llegan a la justicia, los jueces y fiscales muchas veces confunden e imputan erróneamente a profesionales sin responsabilidades reales sobre los acontecimientos, o que teniendo alguna responsabilidad ha dado todas las indicaciones pertinentes y sus instrucciones no se han seguido, se siguieron solo parcialmente o se desvirtuaron.
La presentación de planos en sus inicios solo debería requerir la firma del proyectista, con el avance del proceso; luego de las licitaciones que asignen empresas y antes de empezar la obra es lógico que se exijan todas las figuras profesionales de respaldo de la calidad y seguridad de las construcciones.
- Actividades de carga y descarga
Todo lo relacionado con la fase intermedia entre la obra y la ciudad debe revisarse cuidadosamente.
Según el código actual, nada debe permanecer en la vereda. La realidad es que casi toda descarga se realiza primariamente en la vereda. Las principales rutinas de descarga, incluso las más mecanizadas, tienen una primera escala en la vereda antes de ser introducidas en la obra. El proceso de ingreso a obra es aún más lento.
Veredas normalmente angostas y con lotes de frentes en su mayoría menores a 10 m. Espacio en el que se mezcla la obra con el tránsito de peatones, normalmente ajenos a los flujos y los peligros de la obra. No solo se ocupa la vereda, también los vehículos de transporte de carga se estacionan frente a la obra.
La norma es hoy de cumplimiento imposible, todos trabajamos en infracción. Se deben flexibilizar los tiempos de maniobra y de utilización de la vereda. A cambio en los momentos de carga y descarga, deberán mantenerse claros pasajes alternativos para transeúntes, vallados y señalizaciones contundentes y personal de obra que solo se dedique a vigilar que los ajenos no penetren en áreas de riesgo. Si a pesar de toda prevención, la voluntad transgresora y curiosa del habitante de BA, insistiera en interferir las tareas, las mismas deberían paralizarse hasta tanto esas personas no abandonen el área de peligro.
Al final de la jornada laboral el constructor debería dejar la vereda desocupada, libre de materiales y en condiciones de limpieza para el uso de los peatones
Para ello debería legislarse sobre la presencia de cartelerías estandarizadas iguales en todas las obras que alerten primero y permanente sobre la existencia de una obra y segundo de uso alternativo solo para los momentos de carga y descarga. Los vallados provisorios en veredas y calzadas para los momentos de descarga deberían estandarizarse y ser iguales para todas las obras, dotados de colores llamativos y de iluminación si fuera necesario.