Pequeños arquitectos
CPAU
A un año de cumplir una década, CPAU Kids se posiciona como el espacio para que los chicos se acerquen a la arquitectura de manera lúdica.
Como festejo para los hijos, sobrinos y nietos de los arquitectos matriculados y vitalicios, CPAU Kids festeja el Día del Niño desde sus comienzos en agosto de 2010. A aquella primera convocatoria se inscribieron alrededor de 300 personas. La propuesta fue por demás tentadora para los chicos porque, auspiciado por Rasti, se los convocaba a construir edificios en una manzana, a modo de generar la trama de una ciudad. Pero los grandes también se llevaban un regalo: la posibilidad de interactuar en la actividad nada menos que con Clorindo Testa.
Desde hace tres años, y a partir de un programa de mecenazgo, este espacio infantil tiene dos propuestas: una lúdica con contenido educativo y otra que organiza La linterna mágica, un club internacional de cine para chicos de 7 a 12 años, que invita a descubrir la pantalla grande y los introduce en el lenguaje cinematográfico de forma didáctica y divertida. La idea es acercar a grandes y chicos al cine mudo (al que le incorpora música en vivo) y placas en español y también se lee en vivo para los más pequeños.
La propuesta consta de una obra teatral de aproximadamente 20 minutos en la que se trabajan diferentes conceptos cinematográficos y algún aspecto más destacable de la película, desde el uso de gags, o la forma en que el actor puede hacerse entender a pesar de ser cine mudo, hasta una emoción, como es la tristeza que genera una despedida.
Este año se realizaron cuatro funciones. Se proyectó El navegante, de Buster Keaton, para niños de 7 a 12 años. La actividad es gratuita y libre. Sólo se pide un alimento no perecedero o útiles escolares que serán donados a una entidad de bien público.
Además, CPAU Kids tiene otro programa: Ciudad tangram y Experimenta, ambas a cargo de la arquitecta Cecilia Díaz y colaboradores. La primera, para los más pequeños, parte de la proyección de imágenes para descubrir que la geometría está en todos lados,en la forma de las ciudades, en los edificios y casas. Luego, con esas imágenes en la cabeza invitaron a los chicos a jugar al tangram, formando primero figuras 2D y luego, 3D. El tangram es un juego chino muy antiguo que consiste en formar siluetas de figuras con las siete piezas dadas sin solaparlas. Y por último, entre todos armaron una ciudad con cartulina, papeles y telgopor.
Experimenta, por su parte, acerca a los niños al diseño. Tomando como punto de partida el período inicial del proceso de diseño basado en la búsqueda, experimentación y observación, invitaron a los chicos a indagar sobre el juego y, en particular, sobre los juegos de las plazas. Para ello, compartieron imágenes para descubrir cómo eran antes y ahora estos espacios. Luego construyeron una estructura en papel (con palitos de papel y siluetas geométricas en cartulina perforada) que permitió el armado de estructuras lúdicas. Con ellas, los chicos observaron qué pasó al rotarlas, al unirlas con otras y al volver a rotarlas. Por último, armaron una gran plaza entre todos y compartieron los hallazgos.