Emergencia habitacional
Mauricio Contreras, Beatriz H. Pedro
Proyecto, gestión y producción con y para los afectados por la emergencia habitacional.
Enfrentar en su complejidad las problemáticas del acceso a la vivienda, enmarcada en una situación de emergencia habitacional que viven miles en nuestro país, incluida nuestra ciudad[1], con el objetivo de contribuir a proponer su tratamiento, depara múltiples desafíos a los profesionales del diseño y la arquitectura, desafíos que compartimos con muchas otras disciplinas.
Al hablar de emergencia de las necesidades y demandas populares en vivienda y hábitat, queremos resaltar la de los sectores a los que se les niega el derecho al hábitat residencial en las ciudades y en particular a los habitantes de villas y asentamientos. Por ello, la necesidad de reconocer sus derechos a la radicación, la centralidad y la justicia espacial como parte del derecho a la ciudad, ha dado forma a la conceptualización de (re)urbanización de villas y asentamientos con el objetivo de su “integración sociourbana”.
Fundamentamos nuestro enfoque profesional en las concepciones y prácticas del proyectar compartido con la comunidad[2], partiendo del posicionamiento de poner en prioridad sus necesidades y el reconocimiento de su protagonismo para la elaboración de propuestas y proyectos de mejoramiento de sus barrios y viviendas.
Este enfoque de abordaje interpela a los modos y lógicas de proyectar, a las políticas, a los modos burocráticos de gestión, a las normativas y legislaciones; y requieren de profesionales capaces de encarar problemáticas sociales en contextos complejos, capaces de trabajar con otros desde una relación de pares complementarios con roles diferentes, de valorar y respetar los saberes populares y su capacidad de elaboración de propuestas, con metodologías que articulen saberes disciplinares con saberes populares.
Enfatiza la necesidad de trabajar desde una mirada integral las problemáticas del hábitat, desde una concepción interdisciplinaria, disponiéndose al reconocimiento y articulación con movimientos y organizaciones sociales, donde la participación se constituye en un modo de trabajo general que guía las soluciones.
Consideramos necesario practicar la participación para la elaboración conjunta de diagnósticos, propuestas de resolución y proyecto co-pensados en la Producción Social del Hábitat aunque esta sea desprolija, inconstante, inacabada, impredecible e implique conflictos y desorden, ya que favorece el desarrollo de las potencialidades humanas y la apropiación del conocimiento, de lo propuesto y de su realización.
Se requiere de una nueva cultura proyectual que, propiciando el conocimiento profundo e integral de las necesidades de los afectados de la sociedad en que se habita, se disponga a poner el énfasis en el proceso social (producción social de vivienda y el hábitat) más que en el producto (producción de vivienda social).
Abordar los proyectos con la idea de la integración práctica y social desde las concepciones de vivienda y urbanismo social a diferencia del “urbanismo inmobiliario”, cuyo objetivo prioritario es el aumento de la renta urbana y la provisión de vivienda y servicios a los usuarios que lo puedan adquirir.
[1] Más de 500.000 personas viviendo en condiciones precarias en la CABA, miles de inquilinos sometidos al encarecimiento por fuera de sus posibilidades y miles de expulsados blandamente de sus barrios por el encarecimiento del habitar al realizarse proyectos de reconfiguración urbana.
[2] Experiencia que sostenemos y llevamos adelante en formación, proyecto y dirección desde el Taller Libre de Proyecto Social, FADU-UBA.
Fotografía: Juan Pablo Esteva - Instagram