Construir comunidades

Ricardo Flores, Eva Prats

viernes, 8 de enero de 2021  |   

Sobre el semestre de primavera 2020 en la ETH de Zúrich.


Nuestro taller de proyectos Construir Comunidades, que dictamos en la ETH de Zúrich, propone trabajar en la recuperación de sectores de la ciudad de Barcelona en estado de degradación física y también social, a partir de la incorporación de un programa de viviendas y un pequeño teatro que ayude a activar una comunidad, formada de nuevos vecinos y de los que ya viven en el lugar. El taller parte de una reflexión urbana, donde los estudiantes fijan la dimensión y límites de su proyecto hasta llegar a la definición de una vivienda, pasando por todos los espacios de relación vecinal, de encuentro y socialización que enriquecen la secuencia que va desde la calle a la casa.

Fotogramas del video de Inès Rausis: Common Kitchen, Caring Neighbours

Debido al COVID-19, este primer semestre del año trabajamos mayormente online, y los estudiantes tuvieron que pensar en los espacios de sus viviendas para Barcelona desde distintos lugares de Europa o Asia, aislados de sus compañeros y profesores, encerrados en sus casas durante meses. Las propuestas, en relación a los semestres pasados, cambiaron y también sus reflexiones y comentarios sobre la utilización del espacio doméstico y sus posibilidades de transformación. De repente las clases empezaron a enfocarse en temas que inicialmente no se trataban, como qué hacer en casa para romper con la monotonía de los días continuos sin cambio, o cómo encontrar espacios en los que desarrollar actividades que normalmente pasaban en las aulas o en otros lugares del campus o la ciudad. Al desarrollar un proyecto precisamente sobre el espacio doméstico y los lugares de encuentro y de relación entre vecinos, la situación personal que estaban viviendo estos estudiantes se trasladó directamente a sus propuestas, y las viviendas para Barcelona comenzaron a impregnarse de sus propias experiencias en Berna, Shanghái o Tokio. Estudiantes y docentes vivíamos inmersos en el propio enunciado del curso: era la ocasión de ser críticos y concentrar esa experiencia en una propuesta de vivienda y comunidad que respondiera a sus propias reflexiones.

El estudio en casa. Marina Mezzasalma y Flavia Kläy.Como nuestro taller se desarrolla mediante dibujo a mano y maquetas, la primera experiencia a la que tuvieron que enfrentarse estos estudiantes al volver a sus casas por el confinamiento fue la de tener que construirse un pequeño taller donde poder trabajar días enteros en grandes planos y maquetas. Ante esta primera dificultad comenzaron a organizar rápidamente un lugar donde la presencia de los documentos que contenían sus ideas y observaciones les ayudara a avanzar, representando una continuidad mental con el taller en la ETH de Zúrich que acababan de abandonar, en un intento por minimizar la desconexión con su comunidad académica. Un estudiante suizo, Lorain Bernasconi, explicaba así cómo esta experiencia influyó en su proyecto: «Vivir en mi departamento durante tanto tiempo me hizo pensar en el tamaño necesario para un espacio privado como un dormitorio, que, en estos tiempos, también sirve como espacio para trabajar. Ahora funciona como una habitación de capas superpuestas, con maquetas encima de dibujos encima de la cama encima de la alfombra encima de las plantas encima de los libros encima de la ropa encima de las ideas encima de los platos... La habitación incorpora todos estos usos, lo que la hace muy flexible en cierta forma, pero de una manera demasiado densa en mi opinión. Así que poder diseñar un espacio habitable que deje dentro espacios vacíos y de transición, es algo que ahora encuentro muy importante».

Espacios intermedios, escala 1:100. Lorain Bernasconi.Otros comenzaron a recolocar los muebles de su habitación para poder trabajar y dormir en el mismo espacio, pero separadamente. Por ejemplo, la estudiante Marina Mezzasalma comentaba: «Mi área de trabajo está en mi dormitorio. Primero pensé que sería muy difícil trabajar y dormir en la misma habitación, pero como monté mi escritorio en forma de L, la habitación se define y se divide en dos áreas, el área para dormir y el área de trabajar. Además, desde mi zona de trabajo no veo mi cama». Como consecuencia de esta experiencia personal, Marina diseñó viviendas como una serie de espacios continuos alrededor de los baños, que están en el centro de las casas, de manera que las actividades diarias se separan con paredes móviles para formar diferentes cuartos cerrados. 

Al pasarse el día dibujando a mano, poco a poco los dibujos comenzaron a reflejar el estado anímico del grupo, convirtiéndose en registros del tiempo en confinamiento. A medida que pasaba el tiempo, las realidades de sus proyectos se intensificaban a partir de la propia experiencia de vivir en espacios limitados sin poder salir. Takuma Akaki, un estudiante de Tokio, comenzó a dividir sus viviendas en diferentes niveles, orientados hacia distintos ámbitos del barrio para poder sentir que estabas siempre en un lugar diferente: «A través de la larga estancia en mi departamento, empecé a percibirlo como una pequeña ciudad. Como no podía salir, mi mundo se encogió, lo que significa que empecé a pensar en la habitación de al lado como si fuera otro barrio».

Doble sección, escala 1:200. Yuki Minami.

Flavia Kläy, de Berna, respondió planteando habitaciones satélites para sus casas, independientes pero en el mismo edificio, que pudieran servir para estudiar con amigos o tocar música sin interferir con el resto de la familia: «Tampoco me gusta de nuestro departamento que las habitaciones son muy pequeñas, y si tuviera que trabajar en mi proyecto en mi habitación, sería muy difícil. Por suerte tenemos una habitación de invitados, donde puedo trabajar ahora. Esta habitación no está dentro de nuestro departamento, sino que está separada, justo en frente del departamento. Me gusta tener esta distancia a mi espacio de trabajo, y tener habitaciones que no estén conectadas directamente con el departamento».

No tener que desplazarse cada día de casa para trabajar, pudiéndonos concentrar de manera más directa en el dibujo cuando te levantas por la mañana, fue una condición de este período que también se comentaba en el taller. El estudiante Yifei Niu, de China, dice: «En realidad no encuentro tan mal este período porque puedo concentrarme más en mi trabajo sin tener que desplazarme. Cuando te desplazas a otro lugar para trabajar, durante el trayecto tu estado mental cambia, y ya has cambiado cuando te sientas a trabajar». 

Hubo algunos estudiantes, como Inès Rausis, que con sus viviendas reflexionaban y ponían en crisis las actividades a desarrollar en la casa y las habitaciones que las contienen: «Después de pasar tanto tiempo en casa las últimas semanas, he notado que mi entorno físico curiosamente se ha vuelto menos presente en mi mente y en mi percepción, y en cambio las actividades se han convertido en las ‘paredes’ o ‘habitaciones’ a mi alrededor. Entender la casa no como una secuencia de habitaciones sino como un lugar donde puedan pasar diferentes actividades, como en el dibujo que hace Charles Eames para definir qué es una casa: creo que esto es exactamente lo que ha estado sucediendo ahora durante la cuarentena, y que sería muy interesante aplicar a nuestros proyectos de viviendas».

Recoger aquí estos pensamientos nos hace dar cuenta de la intensidad que tomó el semestre para todos. De golpe, en el ámbito académico, las circunstancias más privadas se convertían en material de trabajo, y reflexiones como la del estudiante Thorben Müller, de Suiza, hacían evidente la necesidad del feliz encuentro en un aula o en un patio de vecinos, donde poder compartir, discutir y aprender juntos: «A veces preferiría tener mi propio piso, con mi particular idea de orden y vida. Pero no, no creo que sea así como quiero hacer las cosas. Prefiero la noción de compartir. Prefiero la idea de vivir juntos. Creo que ser influenciado e interrumpido por otros es algo importante. Esto es quizás lo que quiero lograr dentro de mi proyecto. Una idea de vivir donde es posible tener tu propio lugar, pero que la base siempre sea algo común, algo que se comparta. Todavía no sé qué significa exactamente eso en términos de arquitectura, pero quiero buscarlo y creo que mi proyecto no está muy lejos de eso».