El territorio y el mapa

Pablo Engelman

jueves, 23 de diciembre de 2021  |   

El contraste era extraordinario: la foto satélite solo mostraba una sopa de verdes más o menos uniformes sembrados de vagas manchas azules, mientras que el mapa desarrollaba una rejilla fascinante de carreteras departamentales, pintorescas, de vistas panorámicas, bosques, lagos y puertos de montaña. Encima de las dos ampliaciones en letras mayúsculas negras, estaba el título de la exposición: El mapa es más interesante que el territorio.
—Michel Houellebecq, El mapa y el territorio.

Traducir el territorio
Publicar contenidos acerca de la arquitectura y la ciudad es mucho más que mostrar un producto del que una o más personas son autores. La principal característica de nuestra época es que el flujo de información disponible acerca de cualquier tema es inabarcable, y que el acceso a ella es instantáneo, gratuito y masivo. Es por eso que el recorte intencional de esa información publicada o exhibida debe ser claro, democrático y honesto, y debe dialogar continuamente con la realidad de la sociedad a la que pertenecemos. Realizar ese recorte y llevarlo a un feliz resultado equidistante entre las necesidades del autor y el proceso industrial que convertirá ese pensamiento en un objeto cultural a consumir es el trabajo del editor. En Bisman Ediciones somos traductores (o acaso cartógrafos) de un tiempo líquido y sin certezas en donde la información tiende a desmaterializarse; intérpretes de una realidad construida o por construir; intérpretes de arquitectos que opinan sobre esa realidad y, a su vez, la traducen en ciudades. 

A lo largo de nuestra trayectoria editorial de casi 25 años, con Hernán Bisman nos ha tocado contar proyectos de investigación de diferentes procesos urbanos y territoriales; cada uno de ellos se transformó en un desafío en sí mismo y nos permitió entender e involucrarnos en un universo amplio que buscaba relevar el territorio para traducirlo en elementos tangibles y registrables. Este proceso nos permitió interactuar con diversos profesionales de la cartografía, sociología, antropología, geografía, programación, arquitectura, urbanismo, ambiente, etcétera, y, como consecuencia, nos involucramos con procesos y tecnologías como el GIS (Geographical Information System) y los universos de programación. Pero, sobre todo, nos permitió pensar en cómo la sumatoria de formatos podía generar un acceso a la información que, por un lado, siguiera siendo específico para investigadores, pero que a su vez fuese interesante y de fácil acceso para el público en general. En ese camino, en esa búsqueda, hemos desarrollado sitios web, revistas, periódicos en gran formato, mapas, mapeos superpuestos y, por supuesto, libros.

El objetivo siempre fue buscar ampliar el universo de exposición de estos contenidos, democratizar el acceso a la información de calidad mediante distribución gratuita o plataformas digitales. También algo que siempre estuvo presente en la edición de estos contenidos fue darle la posibilidad al usuario de interactuar con los contenidos, poder generar sus propios recortes, superponer capas y desarrollar conclusiones propias que sirvan para comprender y generar hipótesis sobre las problemáticas urbanas que se manifiestan en el territorio.

El caso del Atlas Ambiental de Buenos Aires    
En el año 2007 se comenzó a trabajar en una plataforma que pudiera transmitir una percepción amplia del ambiente, que superase las habituales reducciones sectoriales, y que se convirtiese en un elemento de difusión masiva sobre lo que sucedía en el territorio. Con ese fin, la dirección del proyecto a cargo de Paulina Nabel y David Kullock realizó una primera elección de los aspectos físicos, bióticos y culturales más significativos que intervienen e interactúan en el ambiente urbano y convocó a más de 60 especialistas, quienes seleccionaron la información significativa de cada tema, la reelaboraron, ampliaron e interpretaron. Dicha elección apuntó a cumplimentar uno de los objetivos académicos del Atlas, que se refiere a la calidad, transparencia y jerarquización de la información. El proyecto de investigación y desarrollo fue financiado por la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica. Contó con el apoyo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires –impulsado por Eduardo Epsteyn y luego Marcelo Vensentini, ambos ministros de Medio Ambiente, y de Pablo Mesa como coordinador–, que fue la institución adoptante y participó del desarrollo junto con el Museo de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia (CONICET) y la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (UBA), que fueron las entidades beneficiarias.

El Atlas se desarrolló para ser accesible gratuitamente a través de un sitio web, transformándose en una herramienta que brinda información detallada sobre la situación ambiental de la Ciudad y el Área Metropolitana. El objetivo del proyecto fue volcar toda la información ambiental sobre mapas del Área Metropolitana de Buenos Aires y hacer que esa información gráfica se enlace con textos e imágenes. Lamentablemente hoy el proyecto se encuentra fuera de línea y no ha sido actualizado por la gestión actual, lo cual deja invisible una gran cantidad de información fundamental sobre el ambiente, que ahondaba sobre las verdaderas problemáticas por fuera de los actuales eslóganes superficiales. 

El Atlas fue un proyecto magnífico y de alguna forma una referencia para el desarrollo de plataformas que visualicen las características presentes e históricas del ambiente en el Área Metropolitana de Buenos Aires. Pensado como una herramienta gratuita de acceso a la información, fue desarrollado con una plataforma de software libre en una época en que aún no era habitual, y de alguna manera ya marcaba una fuerte mirada sobre la democratización de la información. Pero, a su vez, el contenido profundo desarrollado por un gran equipo interdisciplinario contaba con múltiples niveles de acceso. El contenido indexado para investigadores, por un lado, y el contenido editado para el público en general, por otro, cohabitaban un universo de información precisa que a su vez podía cruzarse, superponer capas y generar conclusiones y análisis ad hoc por parte de los visitantes. 


Ficha técnica Atlas Ambiental de Buenos Aires
Autores
Jorge Telerman, jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Eduardo Epsteyn y Marcelo Vensentini, ministros de Medio Ambiente, Pablo Mesa, coordinador (funcionarios a cargo); Paulina Nabel, David Kullock, directores del CIGA-MACN-CONICET (compiladores) et al (150 investigadores CONICET, FADU-UBA, FCEyN-UBA, MNCN).

Equipo Editorial
Hernán Bisman (editor general), Pablo Engelman (editor adjunto); Magdalena Caretti, Rodrigo Becerra (equipo de edición); Matías Puzio (corrección); Julio C. Benedetti (dirección cartográfica); Mario Saucedo y Matías Parimbelli (equipo de cartografía); Jorge Alba Posse (dirección de arte); Maximiliano Cosatti y Vanesa Milos (equipo de diseño); Juan Erlich (fotografía), Ariel Aizemberg (tecnología).

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