Un viaje a la inclusión

Agostina Signorini

viernes, 5 de noviembre de 2021  |   

La necesidad de incorporar la perspectiva de género en la movilidad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


La población que habita en ciudades ha crecido exponencialmente a través de los años y debido a una falta de planificación que la acompañe, las urbes se enfrentan a problemas como contaminación, inseguridad, falta de conectividad, exclusión, entre otros. Las mujeres han sido históricamente uno de los grupos más afectados por estas problemáticas, particularmente en lo que refiere a planificación y movilidad. Para revertir esta situación, es importante no sólo realizar un diagnóstico de la situación actual en las ciudades, sino también identificar a los actores que pueden ayudar a gestar un cambio.

Moviéndose por una ciudad de hombres 
La investigación sobre género y movilidad sostiene que las ciudades han sido diseñadas por hombres sin consideración del uso de la ciudad y esquemas de movilidad de las mujeres (ONU-Hábitat, 2012). Las urbes suelen seguir patrones de dispersión, con manchas urbanas expandidas a través del tiempo y usos diferenciados del suelo que han alejado las zonas residenciales de las de trabajo. Los sistemas de transporte, por su lado, siguen estos patrones de expansión con servicios hacia el centro de las ciudades en hora pico, en busca de eficiencia (C40, 2019). Estos trayectos se corresponden con los esquemas de traslado por la ciudad de los hombres (casa-trabajo), pero no de las mujeres. Ellas realizan una mayor cantidad de viajes durante el día dado que son quienes, además de trabajar y estudiar, se ocupan de las tareas de cuidado no remunerado, categoría que es mucho menos relevante en la cotidianidad de los viajes de los hombres. Sus traslados también se caracterizan por ser, en promedio, de menor duración y en un porcentaje considerable fuera del horario pico. Esta es exactamente la situación que podemos observar en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, según el diagnóstico realizado por el Plan de Género y Movilidad (2019). De esta manera, como indica Chant (2013), el aprovechamiento de la prosperidad urbana es desigual y, por ende, es necesario repensar los esquemas de transporte.


Foto: Marta Laissue ». Sexto Pabellón del Cementerio de La Chacarita, Buenos Aires. Obra de Ítala Fulvia Villa.

Asimismo, el diseño del espacio y el equipamiento urbano afecta el uso de la ciudad por parte de las mujeres. Las unidades, estaciones y paradas de transporte público no suelen estar diseñados para que las mujeres se sientan seguras. De hecho, en CABA un 10% de las mujeres ha dejado de usar transporte público por razones de seguridad, contra un 4,7% en el caso de los hombres (Dirección General de Estadística y Censos del GCBA, 2017). Asimismo, la accesibilidad del transporte público es limitada y es difícil para una mujer trasladarse si tiene un carro de bebé o personas mayores a cargo.  Por esta razón, muchas ciudades no se consideran inclusivas en diseño, infraestructura e instalaciones (ONU-Hábitat, 2012). 

La falta de incorporación de la experiencia y perspectiva de género en el transporte dificulta, por ende, la movilidad de las mujeres en su vida diaria, reduciendo sus posibilidades de progreso e impacto en la comunidad. 

¿Hacia una paridad en el sector?
Para incorporar la perspectiva de género en transporte, es necesario tener voces femeninas en el sector. Al verificar la Encuesta de Hogares Permanentes correspondiente al segundo trimestre de 2020 para la Ciudad de Buenos Aires, podemos notar que sólo un 2,8% de todas las mujeres que participan del mercado laboral están empleadas en transporte/almacén y comunicaciones, mientras que en el caso de los hombres la cifra alcanza un 15,9%. Sin embargo, si consideramos simplemente al sector de transporte/almacén y comunicaciones, las mujeres representan hoy en CABA un 12,88% del total, demostrando un crecimiento del 3% de la cifra identificada por el BID a nivel nacional en 2016. Si bien esto implica un avance, aún estamos muy lejos de la paridad. 

Al buscar profundizar en los detalles de la participación femenina en el sector según organismo y función, podemos observar que existen pocos datos públicos oficiales disponibles y que ellas enfrentan barreras particularmente difíciles para desempeñarse como conductoras, a pesar de programas creados para superar esta brecha. Las conductoras no superan el 2% del total en taxis y aviones, con ninguna en trenes dado que hay una ley que lo prohíbe (Buenos Aires Ciudad, 2019). En el caso de las colectiveras, sólo se pudo recabar un dato oficial que indica que hay casi 500 a nivel nacional, un número muy reducido si consideramos que solo en la Ciudad de Buenos Aires existen 19.600 conductores (2019). El subte es una excepción que podría tomarse como ejemplo a seguir, donde podemos encontrar un 21% de conductoras y un 34% de guardas femeninas (Buenos Aires Ciudad, 2019). 

Por último, es importante identificar el porcentaje de participación de las mujeres en puestos jerárquicos, ya que desde ahí pueden influir directamente en la planificación del sector. Al verificar los organigramas de los diferentes organismos y empresas del sector, podemos observar que la media de participación femenina en puestos de jerarquía es del 22,91%. Si bien este número se encuentra por encima del sector en general y de la participación de mujeres en gerencias y direcciones de empresas públicas de la Ciudad (2020), está más de diez puntos por debajo de la participación de mujeres en direcciones generales y cargos superiores de GCBA (2019) y lejos la paridad deseada para abolir la segregación vertical en el sector. Otro actor de relevancia para impulsar cambios para las trabajadoras son los sindicatos. Al revisar sus autoridades se observa que la media de participación femenina es solo el 11,93%. A este dato alarmante se suma que un 23% de los sindicatos no tiene a ninguna mujer en sus cúpulas. 

En resumen, si bien ha habido un avance en la participación de las mujeres en el sector, aún hay gran trabajo a realizar para romper los techos y paredes de cristal.

Transporte para todos/as
En conclusión, podemos notar que aún existen barreras para que las mujeres disfruten plenamente de la ciudad. El gobierno ha comenzado a tomar pasos para incorporar la perspectiva de género en el transporte mediante la elaboración del Plan de Género y Movilidad (2019) y la guía de Movilidad Cotidiana con Perspectiva de Género (2021), pero aún la deuda no está saldada. Es necesario atacar tres frentes para avanzar hacia una ciudad con movilidad más inclusiva:  

  • Repensar los esquemas de movilidad aplicando la perspectiva de género, fomentando una mayor intermodalidad en la red, para acompañar los diversos viajes de las mujeres durante el día. Es necesario incorporar su voz para adecuar correctamente los sistemas a sus verdaderas necesidades.

  • Pensar el equipamiento de la ciudad con perspectiva de género: la ubicación de la estación; la luminaria y vigilancia disponible; y la predictibilidad en el horario del arribo del transporte son algunos de los elementos a considerar para mejorar la experiencia de seguridad de las usuarias. La incorporación de rampas, escaleras mecánicas, barandas, asientos, baños con cambiadores, espacio para cochecitos también mejorarán la accesibilidad para muchas mujeres. Para esto también es necesario la participación activa de este grupo al rediseñar la ciudad.

  • Tener un diagnóstico completo de la participación de las mujeres en el sector transporte en la Ciudad de Buenos Aires, con datos actualizados y precisos; categorizados por organismos/empresas, puesto y antigüedad. Además, se debe contar con un registro de estos datos a través del tiempo. Así se podrán identificar avances, brechas y acciones para avanzar hacia la paridad.

Las políticas públicas raramente son neutrales al género, razón por la cual es necesario siempre evaluar su impacto en las mujeres. Generar una red de transporte más inclusiva generará un impacto positivo en la calidad de vida de las mujeres y redundará en beneficios para el conjunto de la población. 


Bibliografía
Buenos Aires Ciudad (2019). Plan de Género y Movilidad.    
C40 (febrero de 2019). Gender Inclusive Climate Action in Cities: How leadership and expertise can shape sustainable and inclusive cities
Chant, S. (abril de 2013). Cities through a “gender lens”: a golden “urban age” for women in the global South? Environment and Urbanization, 25(1), pp. 9-29.
Encuesta Permanente de Hogares. Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina. 
Estadística y Censos. Dirección General de Estadística y Censos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
ONU-Habitat (2012). Gender Issue Guide: Urban Planning and Design. Nairobi: UN-Habitat.
Turnbull, P. (diciembre de 2013). Promoting the employment women in the transport sector – obstacles and policy options. Working Paper, 298. Geneva: International Labour Office.

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