Ahí empezó todo
Cecilia Padilla
La arquitectura me apasiona. Es así, es un dato en mi vida.
Tengo la suerte de poder ejercerla dentro del campo del ejercicio profesional, el de la investigación como en el de la docencia. Este último es el que más me sacude y me hace feliz.
Desde antes de recibirme me preguntaba qué hacían ciertos profesores que no dejaban de sorprenderme. Lograban que mi interés y compresión de la especificidad fuera en incremento. Y con el tiempo algunos de ellos me invitaron a ser docente.
Ahí empezó todo.
Hoy soy titular de una cátedra de grado, Introducción a la Arquitectura Contemporánea y, hasta el año pasado, en la Carrera de Especialización en Preservación, Conservación y Reciclaje del Patrimonio Monumental Urbano y Rural, coordinadora y profesora de las mismas. Todas dictadas en la FADU UBA.
Pero es la experiencia en la conducción de la Cátedra de IAC donde se “agitan más mis neuronas”. Logramos crear un taller de búsqueda, un taller que provoca y hace pensar no solo a los estudiantes sino a todo el equipo docente.
Donde el acento está puesto en hacerse preguntas y saber conducirlas. Incentivar la investigación y la formación permanente es uno de los hilos conductores llevado a cabo en forma rigurosa.
Todo muy científico pero resumiendo no hay nada que me de más placer que en un examen final me digan “hoy me hiciste pensar”… Pasé de nuevo la antorcha.