Periodismo de arquitectura
Berto González Montaner
El periodismo de arquitectura se me cruzó en la vida. Y acá estoy, desde hace casi 25 años, haciendo notas de proyectos más que proyectos, que era lo que inicialmente tenía planificado.
Tal vez uno de los primeros culpables fue Gabriel Feld, un compañero de la facultad que ya trabajaba en el estudio de Tony Díaz. Sabía un motón pero hablaba difícil. Ahí descubrí una de mis vocaciones: hacerle de traductor para compartir sus conocimientos con los compañeros de taller. La segunda culpable fue Nani Arias, cuando después de mi examen de Historia III, me convocó para ser ayudante en el Taller de Federico Ortíz y me dio la oportunidad de iniciar oficialmente mi carrera docente, que se expandió años después cuando irrumpió el tercer culpable, el editor general del diario Clarín, Roberto Guareschi. Me pidió que le presentara un proyecto para hacer el nuevo suplemento de Arquitectura. Le gustó. De ahí empezó y se consolidó mi nueva profesión, empujado por la convicción de que la arquitectura puede ayudar a mejorar la calidad de vida de la gente. Y que vale la pena difundir y meter arquitectura en la vida cotidiana, bajarla a la calle, a la gente y lograr que llegue al círculo de los que toman decisiones. Diseñé ARQ, que pasó de tener 8 páginas semanales a unas 40. Y con la ayuda de prestigiosos especialistas fuimos construyendo una gran biblioteca, editando más de diez colecciones de libros… Para darle mayor espesor a nuestra cultura arquitectónica.