Arqueología urbana
Daniel Schávelzon
No hay civilización sin ciudades. No hay ciudades sin civilización.
El 99.99% de la arquitectura se hizo en el pasado,somos una delgada lámina en la historia. ¿Ser parte del hacer la ciudad suficiente como para estudiarla? A las grandes ciudades que por siglos hubo en el continente como Teotihuacan, Macchu Picchu o Quilmes ni sabemos aun cómo las llamaban los que allí vivían. Al ver el mundo entendí que el pasado era parte integral del presente, la ciudad es la tensión entre lo que fue y lo que quiere ser, que había que estudiarla no como hecho intelectual sino como algo concreto. Una casa no es su foto. La calidad de vida de un barrio, su perfil, su identidad, pueden ser borradas basados en que son una construcción cultural -todo lo es-, pero no nos quejemos de los resultados de construir no-lugares, de borrar identidades y memorias. Nadie quiere parar el progreso, distinto es pensar qué progreso anhelamos.
Me dediqué a la arqueología para recuperar restos materiales de un pasado destruido porque para Buenos Aires preservar patrimonios era tarde hace cincuenta años, hoy hay migajas. Ese acto, político, de juntar resabios, avanza en entender el pasado borrado con violencia queriendo una ciudad imaginada que jamás existirá. Me fui del país por la dictadura para estudiar esto, y traje el primer doctorado a la FADU-UBA para recibir críticas, enfrentar jerarquías ignorantes. Mi archivo, documentos, fotos, cartas, desde hace tres años están en el exterior. Pero el patrimonio, la arqueología urbana (o rural), la historia, son campos extraordinarios para explorar en el marco de la ciencia, pese a todo.
Parémonos por sobre la tierra, miremos alrededor y veremos paisajes transformados, arquitecturas, espacios públicos, que albergan millones de seres humanos. Sólo la mínima parte es del presente. Con modestia hagamos nuestro aporte al hábitat aprendiendo de la lección del desarrollo de la arquitectura: qué fue negativo y qué sirvió para una sociedad mejor.