Diseño de interiores
Ismael Rodrigo
Estoy en el diseño industrial por vocación. Pero también por haberme capacitado estudiando arquitectura en la UBA, diseño industrial en el Politécnico de Milán y marketing en Toronto. Además ayudaron en mi carrera oportunos contactos con profesionales y empresarios. Con este bagaje desarrollé mi profesión.
Hice diseño gráfico (revistas, folletos, publicidad) y también diseño web. Diseñé lavarropas, estufas, sillas. Proyecté casas y construí algunas. Realicé mucha arquitectura publicitaria con el sistema R&D, que también sirvió de base a líneas de muebles que después usé en diseño de interiores. Con el tiempo, me especialicé en muebles modulares.
Si bien el diseño industrial se aplica sin límites a toda la producción industrial, y mi variada actividad parecería confirmarlo, el cambio cultural está obligando al diseñador industrial a especializarse.
El diseño de productos para la industria, no para la producción artesanal, exigió siempre conocimientos y experiencia general de diseño; pero hoy enfrenta, además, una extrema complejidad tecnológica, funcional y formal, y una necesidad de inserción en la realidad cultural a la que va dirigido. Enfrenta la masividad de las producciones, tiene que prever cómo se ubicará en la revolución del 3D printing, tiene que pagar el R&D y hay que conquistar el mercado. Hay que prever su promoción, distribución y precios correctos de venta.
Por todo eso, hoy es casi imposible encarar una diversidad de diseños como yo hice. El diseñador industrial de hoy debe ser un especialista.