Una casa para Dios

Augusto Penedo

miércoles, 11 de diciembre de 2019  |   

La Iglesia del Corazón de Jesús para la Universidad Católica Argentina, en Puerto Madero


Resultado de una combinación de voluntades creativas, de deseos que quedan rondando en el subconsciente, probablemente haya una relación simbólica que guió nuestras manos e intenciones hacia los objetos ahora visibles, haciendo uso de una libertad expresiva que entendimos lícita y posible. Hemos intentado a cada paso dar forma al espacio adecuado para el vínculo con lo divino.

Esta frase fue acuñada en el estudio como una suerte de corolario de algunas experiencias que nos tocaron: hacer templos, tanto católicos —cinco proyectos—, como una sinagoga. Nos hemos quedado en el monoteísmo.

Iglesia Corazón de Jesús. Hormigón, vidrio y madera para un espacio sencillo y sensible. Foto: Tomás DagninoEs curioso que la primera pregunta que convoca esta nota sea si el cliente es abstracto o desconocido; ¿quién iba a imaginar que tu cliente es Dios? Muchas veces se plantea el tema del valor simbólico que debe tener la arquitectura, pero aquí es la esencia. Un espacio para el vínculo con lo divino. Por lo general la representación más abstracta de lo divino es la luz, de ahí la importancia que tiene en todos los proyectos realizados por el estudio, en particular los últimos: el Templo Amijai, la capilla de la UCA (Universidad Católica Argentina) en Mendoza y el que ahora presentamos, la Iglesia del Corazón de Jesús.

Otra pregunta que surge es si detrás de algunas obras hay grandes clientes: la UCA es una universidad pontificia. Es decir, depende de Roma, del Papa, y su emisario el Cardenal Poli, Arzobispo de Buenos Aires, quien la bendijo. Antes de ser Papa, Francisco Bergoglio bendijo la Escuela de Posgrado, un proyecto del estudio en Puerto Madero. Siempre hemos venido bien acompañados.

Pero ahora hablemos del proyecto. Hicimos dos: en el primero, la iglesia tenía una relevancia mayor, era como un cuerpo más despegado de la masa de ladrillo que lo contiene, porque este proyecto debía cumplir con las exigencias que las normas determinaban para el completamiento de los docks rojos de Puerto Madero. Habíamos relevado los proyectos de la Catedral de Los Ángeles del arquitecto Rafael Moneo, y el monasterio de Novy Dvur del arquitecto John Pawson. Y tomamos algunas decisiones: el hormigón, el vidrio, la madera, la espadaña, el no a la torre y el campanario, pero sí a definir la identificación en la cruz.

La universidad cambió sus autoridades y con ellas, llegó una nueva consigna, de mayor austeridad. Austeridad que no se vio reflejada en el presupuesto, aunque el ahorro siempre es bienvenido, sino austeridad vinculada al concepto. Así, terminamos en este volumen de hormigón ligeramente avanzado sobre el fondo de muro de ladrillos del edificio. Este conjunto fue planteado detrás, donde el interdock es el atrio, y la cruz se destaca por su diseño en una modesta torre que acompaña o complementa la espadaña —aún a la espera de las campanas— que corona el cuadrado de hormigón. Una solución que otorga la dimensión de la nave central.

El proyecto destaca el interior: una planta sencilla, como las primeras románicas, sin columnas. En tanto, las paredes están revestidas de madera, otorgando la escala de las naves laterales, y la sobre-elevación de la nave central queda enfatizada por el cielorraso, también de madera. La situación cuenta con un marco especial: la luz rasante, que se destaca también detrás del altar, enalteciendo la cruz suspendida. Las luces artificiales también acompañan el efecto buscado. Entendemos que esta capilla, hoy iglesia, es un espacio sencillo, sensible y adecuado para el recogimiento y la oración. Norberto Feal la calificó de mesurada y elegante. Qué mejores atributos para el bajo perfil, para la austeridad. El mejor reconocimiento. 


Autores de Proyecto Iglesia del Corazón de Jesús Urgell-Penedo-Urgell arquitectos

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